En el cementerio de Montmartre todavía se puede depositar un ramo de flores sobre la tumba de Alphonsine Plessis. Hasta hay alguien desconocido que no permite que se marchiten y siembre vuelve a dejar un ramo de camelias frescas. Alejandro Dumas hijo le hizo la ofrenda eterna de convertirla en literatura, quizá como desagravio por una ruptura cruel y culpable que alimentaría la parte central del argumento. Los más cercanos no tuvieron que esforzarse mucho en desvelar quién se encontraba detrás del personaje de Marguerite Gautier, una cortesana parisina de orígenes humildes que se vio obligada a abrirse camino en la vida cuando apenas era una niña. Ya desde entonces empezó a incubar una tuberculosis que la llevaría a la muerte con 23 años.
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Foto: Quincena musical