El grupo catalán Atresbandes sorprende en el Frinje’15 con Locus Amoenus, una obra sobre los paraísos y la mortalidad
“Voy a contarles un secreto: la vida es mortal”, dice la escritora brasileña Clarice Lispector en Tempestad de almas, uno de esos cuentos suyos sin trama aparente, donde el yo es un torrente narrador de acerada franqueza. Así, a borbotones, escribe sobre eso que sabemos pero vivimos ignorando. “Mantenemos ese secreto silenciado cada uno consigo mismo porque conviene. Si no, sería convertir cada instante en mortal”.
Locus Amoenus es un vocablo latino que se utilizaba en la antigüedad para hablar de un lugar idealizado, idílico, un paraíso seguro y sin sobresaltos. Que el grupo de teatro catalán Atresbandes haya decidido utilizar este latinajo para titular su última obra no obedece a otra cosa que a esa pasión por el oxímoron que podemos encontrar en otros títulos como La dolce vita de Federico Fellini. O, si se quiere, La grande bellezza, de Paolo Sorrentino. No hay vida dulce ni belleza grande que nos sugiera que este es un lugar idílico y perfecto. No al menos como nuestra imaginación lo espera. Sigue leyendo en Nuestro Tiempo…
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